El Pabellón Carlos García se vistió de gala para recibir el esperado duelo entre el CFS Jumilla y Pinatar, los dos primeros clasificados de la liga. Con la grada completamente llena y una afición entregada, el líder de la competición afrontaba un desafío crucial en su camino hacia la gloria. Por su parte, Pinatar llegaba con la intención de recortar distancias y poner en jaque la supremacía jumillana.
El partido comenzó con un ritmo trepidante y una igualdad palpable. Jumilla apostaba por su característico juego de transiciones rápidas, explotando la velocidad y la calidad individual de sus jugadores, mientras que Pinatar intentaba imponer su estilo basado en la posesión y la combinación colectiva. Ambos equipos generaron ocasiones claras, pero la falta de acierto y el buen hacer de los guardametas llevaron el duelo al descanso con un empate a cero.
Tras la reanudación, la intensidad no disminuyó y la balanza se inclinó rápidamente a favor de los locales. En una acción vertiginosa al contragolpe, Álex Yepes sirvió un pase preciso para que Adri Ortiz fusilara la red rival y desatara la euforia en las gradas. Apenas un minuto después, Pinatar respondió con contundencia, devolviendo la igualdad al marcador y aumentando la tensión en el ambiente.
Con el encuentro en un punto álgido, el pichichi de la competición, Chupy, apareció en el minuto 25 para volver a adelantar al CFS Jumilla con una definición letal. La afición rugía, y el equipo lo aprovechaba. Adri Ortiz, en una actuación memorable, firmó su doblete con un remate ajustado al palo que ponía el 3-1 en el marcador, desatando la locura en el pabellón.
Con siete minutos por jugarse, Pinatar apostó por el portero-jugador en busca de una remontada heroica, pero la defensa jumillana se mostró impenetrable. La implicación colectiva y la soberbia actuación de Fran Osorio bajo palos aseguraron el resultado final. Con esta victoria, el CFS Jumilla se acerca un paso más a su objetivo de proclamarse campeón de la liga regular y reafirma su condición de favorito para los playoff.
El Pabellón Carlos García sigue siendo un fortín inexpugnable, y la afición, más entregada que nunca, podrá jugar un papel fundamental en la ansiada fase de ascenso. El sueño está más vivo que nunca.
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